Porque fue varón justo lo amó el Señor
Y dio el ciento por uno su labor.
El alba mensajera
del sol de alegre brillo
conoce ese martillo
que suena en la madera.
La mano carpintera
madruga a su quehacer
y hay gracia antes que sol en el taller.
Cabeza de tu casa,
del que el Señor se fía,
por la carpintería
la gloria entera pasa.
Tu mano se acompasa
con Dios en la labor
y alargas tú la mano del Señor.
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